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  • Reflexiones y Pensamientos Cristianos

    miércoles, 5 de enero de 2011
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    Reflexiones Cristianas
    Pensamientos y Reflexiones cristianas, Reflexiones de amor y motivacion. Oraciones Cristianas y Mensajes Cristianos para Todos



       Una Madre Que Ama
    Una madre que ama, es aquella que comprende que sus hijos son un regalo de Dios y los valora.

    Una madre que ama, es aquella que deja una herencia espiritual.

    Una madre que ama, es aquella que reconoce la importancia de corregir desde el principio.

    Una madre que ama, es aquella que rompe las reglas y hace todo lo necesario para que sus hijos no pierdan la salvacion.

    Una madre que ama jamas juzga a sus hijos.

    Una  madre que ama no es egoista.

    Una madre que ama, reconoce la importancia de ser dirigida por Dios.

    Una madre que ama, reconoce que su esposo es la cabeza del hogar.

                                                                                                                               Autor:Esperanza Montalvo




                                    Tendre Talento?
    Tendre Talento? alguna vez te has hecho esta pregunta? Yo si, me la hice por mucho tiempo. Yo veia los talentos de otras personas en la iglesia, los escuchaba predicar, cantar, orar,ensenar, personas que impactaban cuando hablaban. Y se que talves este sea el caso de muchas personas habemos muchos a los que se nos hace imposible pensar, en que podriamos tener un talento.
    Pero saben cual es el verdadero problema? Talento todos tenemos uno, o talvez tengamos mas de uno.El problema es que cuando no hay busqueda de Dios, ni alimento de la palabra, sea cual sea tu talento jamas lo descubriras. Es como un pedaso de carbon volcanico jamas te imaginarias que su interior podria contener un bello diamante,pero el diamante solo se obtiene despues del proceso necesario.
    Es lo mismo con nosotros el talento Dios ya nos lo a puesto , esta alli es algo precioso y esta esperando que lo descubras. Como lo vas a descubrir? Buscando de Dios llenandote de su palabra, orando, ayunando, viviendo en obediencia al Senor.Al hacer todo esto, te vas a dar cuenta de que dentro de ti ay algo muy especial. Tu tienes algo que todos necesitamos, Dios te lo a dado porque sabe que vas a ser de Bendicion para otras Vidas.
                                                                                                                                 Autor: Esperanza Montalvo



    Somos El Templo De Dios

    Como es posible que nuestros cuerpos puedan ser el templo de Dios?
    Siendo que vivimos en un cuerpo lleno de confusiones e iniquidades. Como es possible que una presencia tan grande y poderosa pueda morar en nosotros? Si la Biblia nos dice en 1Reyes 8:10-11(Y cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube lleno la casa de Jehova. Y los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar por causa de la nube; porque la gloria de Jehova habia llenado la casa de Jehova). La gloria de jehova  era tan fuerte que ningun ser humano podria salir con vida de alli!!
    Esa misma presencia es la que ahora mora en nosotros por medio del sacrificio de nuestro Senor Jesucristo, hemos sido redimidos y ahora nuestros cuerpos son templos sagrados para el Senor.
    Entonces hagamosnos esta pregunta? Con que derecho desciudamos la casa de Dios? Siendo que una presencia tan santa y sublime nos escogio como hogar perfecto.
    Solo se que nuestro Dios es grande, porque siendo su poder tan grande lo adapto para que pudiera morar en nuestros cuerpos. Me asombra su amor y grandeza, y me doy cuenta una vez mas que servimos a un  Dios real!
    Somos el Templo de Dios cuidemoslo, con la ayuda del Espiritu Santo quitemos todo lo que no sirve, si en tu corazon todavia hay tristeza cambiala por alegria, si todavia tienes rencor cambialo por perdon,odio por amor, orgullo por humildad y miedo por valor.
    Deja que Dios decore tu corazon, que el haga los cambios necesarios, no ay nada mejor que saber que en nosotros mora  el Dios vivo.
                                                                                                                 Autor: Esperanza Montalvo